"2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta."
Una de las expectativas que tenemos de todos los cristianos es que su vida cambie luego de comenzar a vivir con Jesús en su corazón. Por supuesto, que los cambios no son inmediatos, lo único inmediato es la garantía de la Salvación y la relación con Jesús. Algunos asumen que dar el paso de fe implica un acto de magia donde todo es hecho nuevo. Ciertamente tenemos una garantía de una nueva vida (2 Cor 5:17) en el mundo espiritual, pero en el mundo natural nos corresponde a nosotros trabajar de la mano de Jesús.
Es una gran bendición ver personas abandonar la vida de pecado y los malos hábitos al comenzar la nueva vida en Jesús. Cada testimonio de cambio positivo que escuchamos es de motivación para continuar predicando el evangelio a toda criatura. Sin embargo, muchos nuevos cristianos solo llegan a manejar o controlar su comportamiento por un tiempo, pero desafortunadamente esos cambios no son permanentes. Otros logran una transformación en el mundo exterior, pero su interior sigue dañado. Para poder alcanzar la vida para la que Dios te ha destinado necesitas una transformación total.
La transformación comienza con el deseo de no conformarte con el nivel que te encuentras en el día de hoy. Tu vida en Cristo debe estar constituida por progreso, avance y aumento. Definitivamente, Dios quiere llevarte a nuevos niveles. Dios no pretende que sigas dando vuelta en el mismo lugar en el que te encuentras, él quiere promoverte. Lo más interesante es que esta promoción no depende de las circunstancias que te rodean, ni de una recomendación, y mucho menos de la suerte.
Una de las claves principales para alcanzar nuevos niveles en Dios depende de que tu permitas que Dios renueve tus pensamientos. Los pensamientos negativos que tenías antes de vivir en Cristo te van a llevar a los mismos resultados. Se requiere de una renovación en nuestra mente para que el espíritu pueda accesar al mundo natural y alcanzar cada bendición que Dios tiene decretada sobre tu vida.
Al renovar tus pensamientos, esto dará lugar también a la renovación de nuestras emociones. El miedo, la ansiedad, la frustración, el odio, el coraje, la rebeldía y todas las emociones negativas que te han dominado y detenido pueden ser erradicadas con nuevos pensamientos. Estoy seguro que muchas veces has realizado que tus emociones interfieren con los deseos de Dios. Al tener dominio sobre tus emociones negativas, tu respuesta a las situaciones y el mundo presente será muy diferente. En lugar de la presencia de ninguna de ellas, puede estar presente los pensamientos de Dios, la sabiduría para tomar las decisiones correctas, y por supuesto el discernimiento divino.